Déficit de la memoria en personas jóvenes
Con el paso de los años se han estado reportando en las consultas de neurología, más cantidad de personas jóvenes con pérdidas de la memoria a corto plazo. Esto es alarmante y ha sido causa de múltiples investigaciones, con el fin de identificar los factores actuales que están provocando un deterioro de la memoria a temprana edad, y también evitar que esto siga en aumento con el paso de los años.
Existen dos tipos de memoria según el tiempo transcurrido, una es a corto plazo y la otra es a largo plazo.
La memoria a corto plazo es la encargada de retener una información por varios minutos, en esta se pueden retener alrededor de 7- 9 elementos. Es la que precede a la memoria a largo plazo, la cual solo llegará a retener dicha información y mantenerla si el cerebro la organiza y analiza correctamente, un ejemplo de esto es si retenemos un número de teléfono rápido, y luego lo pasamos a un papel, si vemos el color de un auto que acaba de pasar, etc.
La memoria a largo plazo abarca toda la información que guardamos, todo el conocimiento que hemos obtenido al pasar de los años y se ha acumulado para uso posterior, como es el lenguaje, aspectos culturales, biografías, experiencias importantes. Esta información debe de llegar bien organizada y lógica hacia esta parte de la memoria para que pueda ser almacenada correctamente, ya sea por días, meses o años.
Esta memoria es la persistencia del aprendizaje, de tal modo, que ayuda a evolucionar en procesos y hasta predecir otros.
En el proceso de almacenaje de la memoria, cuando pasa de corto a largo plazo, especialmente en los jóvenes, pueden presentarse algunas afecciones, que no necesariamente llegarán a ser patológicas, pero sí afectan esta parte de la memoria, que debería de ser utilizada como conocimiento útil y progresivo.
Estos pueden ir desde traumas craneales por algún accidente, deficiencia de vitaminas, hipertiroidismo o hipotiroidismo, desequilibrio hormonal, lesiones cerebrales, abuso de sustancias, hasta los trastornos del sueño, pueden llegar a provocar deficiencias cognitivas y problemas de memoria.
Generalmente, las afecciones cerebrales y pérdidas de memorias en jóvenes tienden a ser por causas progresivas, por ejemplo en casos de traumas o lesiones en la cabeza> constantes a causa de algún deporte, también el crecimiento de un tumor cerebral grande, o simplemente el usar de manera excesiva los dispositivos electrónicos, los cuales producen trastornos del sueño, evitando así que el cerebro obtenga el descanso que necesita para reponerse.
En el caso de la alimentación, la deficiencia de la vitamina B 12 como de la vitamina B6 puede llegar a generar, pérdida de la concentración, confusión y delirios. A su vez, los episodios de estrés y ansiedad pueden causar episodios de insomnios, provocando que la memoria trabaje a una menor capacidad de lo habitual, por lo cual si persisten estas condiciones de estrés, podrían llegar a provocar otros trastornos aún más delicados como eventos depresivos, delirios, u otras enfermedades fisiológicas.
No obstante, estas afecciones pueden ser evitadas por completo tan solo al cambiar los hábitos y se restablecen los patrones normales del sueño.
Al momento, varios estudios han determinado que la causa más común en jóvenes de falta de memoria es por la depresión y ansiedad, tanto por carga laboral como por carga emocional, lo que llega a provocar en distintas ocasiones déficit de atención y falta de concentración.
Todos estos trastornos en la juventud pueden llegar a tener solución, con una detección temprana del padecimiento y lo que lo ocasiona, para así evitarlo o ir disminuyendo estos malos hábitos o cargas excesivas laborales progresivamente. Permitiendo al cuerpo darle lo que necesite para su correcto funcionamiento, como es el correcto descanso, tanto físico como mental.